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Sebastian Skader
Edad: 33
Ocupación: intelectual (?). En realidad, ninguna, vive de su herencia.
Biografía: Sebastian es un chico de buena familia: desde niño nunca tuvo que preocuparse por nada. Tenía una buena casa, unos padres algo despreocupados pero que le querían al fin y al cabo, dos hermanas mayores que lo adoraban y una institutriz que decía que era el mejor niño al que había cuidado nunca. Creció entre algodones y las cosas no cambiaron cuando entró en la adolescencia: siguió estando sobreprotegido por sus hermanas y su institutriz que seguían viéndole más como un niño que de otra manera.
Cuando cumplió los dieciséis años, su tío James, que siempre le había adorado, tuvo un accidente de hípica con consecuencias fatales. Nada más enterrarlo, su familia corrió a mirar el testamento y para sorpresa de todos, había un único heredero, Sebastian. Todo el legado de James, y era muchísimo, sería suyo en cuanto cumpliese la mayoría de edad.
A partir de ese momento, la vida de Sebastian dio un giro. Sus padres ya no eran sus padres, y solo parecían interesados en convencerle de que les cediera la herencia. Sus hermanas ahora se acercaban a él con la esperanza de que les cayera parte del dinero. Le buscaron una chica con la que casarse que, obviamente, solo le quería por la herencia.
Cuando cumplió los dieciocho, las cosas no fueron mucho mejor. La presión empezó a ser insoportable, sobre todo desde que el dinero estaba disponible, y Sebastian empezaba a hartarse de pasearse de un lado para otro y de que intentaran hacer de él una marioneta expendedora de libras. Con la excusa de que quería estudiar se mudó a París con la promesa de que, en cuanto acabara la carrera, volvería a Londres y buscaría una buena chica para casarse.
La estancia en París fue mejor de lo que pensaba: nadie le molestaba, nadie le conocía, las chicas eran guapas, el vino barato y por primera vez en mucho tiempo era feliz. A la Historia le siguió la Literatura, y luego la Geografía, pero la verdadera iluminación no vino de ahí. Una noche, mientras bebía en un bar y la chica francesa de turno lo rechazaba, conoció a Etienne, un hombre que le habló de algo que sólamente había escuchado de pasada: la masonería.
Fue automático. Al día siguiente, se presentó en la logia y en un año era un masón convencido y de pleno derecho. Aquello supuso un nuevo giro en su vida, y lo vió todo claro: tenía que utilizar su dinero para ayudar a los demás, para hacer el bien. Eso era. Tenía que volver a Londres y comenzar una nueva vida. Escribió a su familia y les pidió que nunca más le contactaran: había encontrado su destino e iba a cumplirlo.
Una vez de nuevo en Londres, se instaló en Whitechapel, el barrio más marginal de la ciudad donde se esforzó por vivir como uno más. Aún así, no deja de ser un burgués que tiene baño en su casa y comida cuando la quiere, y sus buenas intenciones no van mucho más allá de discursos con buenas intenciones y reuniones con sus compañeros de logia que no llevan a ningún lado.
Personalidad: Sebastian es un idealista que ve la vida a traves del cristal de alguien que no ha conocido nunca la pobreza. Aunque tiene buenas intenciones y es una buena persona, pocas veces sus planes llegan a término y disfruta más hablando durante horas de filosofía o historia que ayudando a prostitutas leprosas. Es de trato agradable y hace amigos fácilmente aunque también es verdad que puede resultar pesado a veces.
Relación con otros personajes: ninguna, abierta a lo que queráis. Habitual del Ten Bells.
Imagen: Matthew Goode
Llevado por: Edelstein
Edad: 33
Ocupación: intelectual (?). En realidad, ninguna, vive de su herencia.
Biografía: Sebastian es un chico de buena familia: desde niño nunca tuvo que preocuparse por nada. Tenía una buena casa, unos padres algo despreocupados pero que le querían al fin y al cabo, dos hermanas mayores que lo adoraban y una institutriz que decía que era el mejor niño al que había cuidado nunca. Creció entre algodones y las cosas no cambiaron cuando entró en la adolescencia: siguió estando sobreprotegido por sus hermanas y su institutriz que seguían viéndole más como un niño que de otra manera.
Cuando cumplió los dieciséis años, su tío James, que siempre le había adorado, tuvo un accidente de hípica con consecuencias fatales. Nada más enterrarlo, su familia corrió a mirar el testamento y para sorpresa de todos, había un único heredero, Sebastian. Todo el legado de James, y era muchísimo, sería suyo en cuanto cumpliese la mayoría de edad.
A partir de ese momento, la vida de Sebastian dio un giro. Sus padres ya no eran sus padres, y solo parecían interesados en convencerle de que les cediera la herencia. Sus hermanas ahora se acercaban a él con la esperanza de que les cayera parte del dinero. Le buscaron una chica con la que casarse que, obviamente, solo le quería por la herencia.
Cuando cumplió los dieciocho, las cosas no fueron mucho mejor. La presión empezó a ser insoportable, sobre todo desde que el dinero estaba disponible, y Sebastian empezaba a hartarse de pasearse de un lado para otro y de que intentaran hacer de él una marioneta expendedora de libras. Con la excusa de que quería estudiar se mudó a París con la promesa de que, en cuanto acabara la carrera, volvería a Londres y buscaría una buena chica para casarse.
La estancia en París fue mejor de lo que pensaba: nadie le molestaba, nadie le conocía, las chicas eran guapas, el vino barato y por primera vez en mucho tiempo era feliz. A la Historia le siguió la Literatura, y luego la Geografía, pero la verdadera iluminación no vino de ahí. Una noche, mientras bebía en un bar y la chica francesa de turno lo rechazaba, conoció a Etienne, un hombre que le habló de algo que sólamente había escuchado de pasada: la masonería.
Fue automático. Al día siguiente, se presentó en la logia y en un año era un masón convencido y de pleno derecho. Aquello supuso un nuevo giro en su vida, y lo vió todo claro: tenía que utilizar su dinero para ayudar a los demás, para hacer el bien. Eso era. Tenía que volver a Londres y comenzar una nueva vida. Escribió a su familia y les pidió que nunca más le contactaran: había encontrado su destino e iba a cumplirlo.
Una vez de nuevo en Londres, se instaló en Whitechapel, el barrio más marginal de la ciudad donde se esforzó por vivir como uno más. Aún así, no deja de ser un burgués que tiene baño en su casa y comida cuando la quiere, y sus buenas intenciones no van mucho más allá de discursos con buenas intenciones y reuniones con sus compañeros de logia que no llevan a ningún lado.
Personalidad: Sebastian es un idealista que ve la vida a traves del cristal de alguien que no ha conocido nunca la pobreza. Aunque tiene buenas intenciones y es una buena persona, pocas veces sus planes llegan a término y disfruta más hablando durante horas de filosofía o historia que ayudando a prostitutas leprosas. Es de trato agradable y hace amigos fácilmente aunque también es verdad que puede resultar pesado a veces.
Relación con otros personajes: ninguna, abierta a lo que queráis. Habitual del Ten Bells.
Imagen: Matthew Goode
Llevado por: Edelstein