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Kaitlin Thomas
Edad: 27 años
Ocupación: Madamme de una "Casa de Citas" de Whitechapel llamada "le dolour exquisite"
Biografía: Kaitlin nace en Bristol, fruto de una noche de pasión entre un ganadero y la propietaria de un bar, una mujer con kilos de más que apenas se dio cuenta de que estaba embarazada hasta que Kaitlin se abría paso en sus entrañas. Rose, la camarera fanegas, no dudó en empujarla discretamente por debajo del mostrador, entre los barriles de cerveza, y seguir a sus labores.
De no ser porque la joven Kaitlin comenzó a llorar como si le fuera la vida en ello (que de hecho, le iba), probablemente hubiese sido una criatura más que englobase las altas cifras de mortalidad infantil en Inglaterra. Pero no, Kaitlin fue recogida y llevada a un orfanato, donde, lamentablemente, sobraban los bebés.
La dueña del orfanato cobraba una cifra que era mísera en comparación con lo que era criar a treinta recién nacidos, así que allí primaba la ley del más fuerte: comían una vez al día, cuando los bebés iban muriendo, las dosis del resto se incrementaban. De la generación de Kaitlin, en total, diecisiete bebés, solamente sobrevivieron dos: Kaitlin y Ryan, al que ella considera su hermano.
Al poco de nacer, Kaitlin se dio cuenta de qué iba la vida: nadie te regalaba nada, tú tenias que ganarte todo, de modo que desde muy pequeña empezó a hacer uso del "trueque" más básico: yo te enseño mis piernas, tú me traes caramelos, yo te doy un beso en la mejilla, tú me das un filete de ternera. Era fácil. Kaitlin pronto se dio cuenta de los beneficios de ser mujer en un mundo de hombres.
Con nueve años fue adoptada por la familia Campbell: un matrimonio cuarentón cuyo hijo había muerto por una fuga de gas en las minas donde trabajaba. Kaitlin fue la alegría de la casa, toda una princesita. Pese a tener todo cuanto podía desear, decidió no acostumbrarse, por si pasaba algo, y en efecto, algo pasó. Resulta que Duncan Campbell, no era el tierno cuarentón deshecho por la muerte de su hijo que intentaba aparentar, sino un pedófilo que disfrutaba entrando cada noche en la habitación de Kaitlin. Ella no se lo pensó dos veces, con doce años y sabiendo que esa noche él consumaría su "amor" (hasta entonces se había contentado solamente con caricias), se acostó con un cuchillo de carnicero en la cama, cuando él intentó sobrepasarse, ella le cortó las pelotas (literal).
Kaitlin fue llevada a un correccional, donde era extraño que hubiese niñas, era lugar para niños problemáticos. Allí conoció a Cook, el amor de su vida: un chico que disfrutaba destrozando todo cuanto le rodeaba, incluso a ella. Un tipo malo, un tipo duro. Cuando ella cumplió dieciséis años se fugaron del correccional, decidieron irse a Londres a vivir la vida y ver mundo, y en efecto, en un principio les fue bien: hacían lo que querian, se dedicaban más que nada a las estafas: ella seducía a un hombre casado y luego él estorsionaba a ese hombre para sobornarle. Pero pronto empezaron los problemas, Cook bebía más de la cuenta, convivían con ratas y cucarachas en los diminutos pisos que alquilaban y ella era consciente de que lo que hacían les traería problemas, y de que ella nunca sería guapa y joven, y no podría vivir siempre de eso.
Por eso se diría que fue un golpe de suerte conocer a James, su actual esposo: James era un farmacéutico con local propio, hijo de una familia de renombre, con importante estatus social, al que ella visitó por un problema de ladillas. Él le dijo que las ladillas no salían solas, y ella se dio cuenta de que Cook la estaba engañando. Le maldijo a muerte, le dio las gracias a James y se largó. Ella no se podría imaginar que de esa histriónica visita él pudiera haberse enamorado locamente de ella, pero así fue.
Durante meses, el pobre James estuvo agasajando a Kaitlin con flores, bombones y demás tonterías de persona enamorada, ella rehusaba continuamente de sus halagos, puesto que veía en James a una personita poco interesante, pero conforme su vida iba perdiendo el Norte, empezó a darse cuenta de que quizás James no era una mala opción: tendría seguridad y a la vez, era un hombrecito tan dócil, que podría manejarlo a su antojo como quisiera.
Y finalmente aceptó, James no podía ser más feliz. Kaitlin se mudó con él a su fina casa de Green Park, muy cerca de su farmacia, y ella se dio cuenta de lo tonta que había sido no aceptando antes. Para ella, tener criada era lo máximo que podía desear, y para suerte de ella, a los pocos meses, su maridito recibió una herencia millonaria, porque, cosa que ella no sabía, su maridito tenía familia rica en Escocia.
Se casaron al fin, con régimen de bienes gananciales, y Kaitlin le dijo que quería abrir su propio negocio, él no se lo negó, porque él no le negaba nada, y así abrió "Le Dolour Exquisite", una casa de citas de muy buen gusto en Whitechapel, su marido, por supuesto, piensa que es un local tipo cabaret, ella le ha dicho que por la acústica, solo pudo abrirlo en Whitechapel y le recomendó que nunca pisara ese lugar por la mala reputación que tenía. Él la hizo caso.
Kaitlin es más feliz fuera que dentro de casa, no es que no quiera a James, con el tiempo, le ha cogido cierto cariño, pero es tan pusilánime que ella jamás podría enamorarse de él. Conviven, ella le da lo que él quiere: una sonrisa de vez en cuando y un poco de sexo alguna vez por semana. Sin embargo, ella no puede evitar fijarse en otros hombres, preferiblemente si tienen pinta de que no van a traerle nada bueno.
Es asidua al Casino, una jugadora excelente.
Personalidad: Hay quien podría insinuar (o decir abiertamente) que Kaitlin es una víbora; chica de clase baja que llega a tener un papel importante en la sociedad, casada con un buen hombre y administradora de todas las ganancias del marido. Y en efecto, Kaitlin es un poco víbora, pero por las circunstancias, porque la vida la ha hecho así. Es cínica, no cree que en nada que no puedan ver sus propios ojos, impulsiva y con grandes cambios de humor (según la pilles). Es algo distante y fría, porque le gusta llegar a conocer a la gente y saber a qué atenerse.
Es divertida, sobre todo cuando está fuera de casa, y a veces parece que, pese a estar casada, no ha asentado aún la cabeza.
Relación con otros personajes: Se aceptan; sobre todo chicas de vida libre que deseen trabajar en su burdel. Casada con James Thomas.
Imagen: Sienna Miller
Llevado por: Carrie
Edad: 27 años
Ocupación: Madamme de una "Casa de Citas" de Whitechapel llamada "le dolour exquisite"
Biografía: Kaitlin nace en Bristol, fruto de una noche de pasión entre un ganadero y la propietaria de un bar, una mujer con kilos de más que apenas se dio cuenta de que estaba embarazada hasta que Kaitlin se abría paso en sus entrañas. Rose, la camarera fanegas, no dudó en empujarla discretamente por debajo del mostrador, entre los barriles de cerveza, y seguir a sus labores.
De no ser porque la joven Kaitlin comenzó a llorar como si le fuera la vida en ello (que de hecho, le iba), probablemente hubiese sido una criatura más que englobase las altas cifras de mortalidad infantil en Inglaterra. Pero no, Kaitlin fue recogida y llevada a un orfanato, donde, lamentablemente, sobraban los bebés.
La dueña del orfanato cobraba una cifra que era mísera en comparación con lo que era criar a treinta recién nacidos, así que allí primaba la ley del más fuerte: comían una vez al día, cuando los bebés iban muriendo, las dosis del resto se incrementaban. De la generación de Kaitlin, en total, diecisiete bebés, solamente sobrevivieron dos: Kaitlin y Ryan, al que ella considera su hermano.
Al poco de nacer, Kaitlin se dio cuenta de qué iba la vida: nadie te regalaba nada, tú tenias que ganarte todo, de modo que desde muy pequeña empezó a hacer uso del "trueque" más básico: yo te enseño mis piernas, tú me traes caramelos, yo te doy un beso en la mejilla, tú me das un filete de ternera. Era fácil. Kaitlin pronto se dio cuenta de los beneficios de ser mujer en un mundo de hombres.
Con nueve años fue adoptada por la familia Campbell: un matrimonio cuarentón cuyo hijo había muerto por una fuga de gas en las minas donde trabajaba. Kaitlin fue la alegría de la casa, toda una princesita. Pese a tener todo cuanto podía desear, decidió no acostumbrarse, por si pasaba algo, y en efecto, algo pasó. Resulta que Duncan Campbell, no era el tierno cuarentón deshecho por la muerte de su hijo que intentaba aparentar, sino un pedófilo que disfrutaba entrando cada noche en la habitación de Kaitlin. Ella no se lo pensó dos veces, con doce años y sabiendo que esa noche él consumaría su "amor" (hasta entonces se había contentado solamente con caricias), se acostó con un cuchillo de carnicero en la cama, cuando él intentó sobrepasarse, ella le cortó las pelotas (literal).
Kaitlin fue llevada a un correccional, donde era extraño que hubiese niñas, era lugar para niños problemáticos. Allí conoció a Cook, el amor de su vida: un chico que disfrutaba destrozando todo cuanto le rodeaba, incluso a ella. Un tipo malo, un tipo duro. Cuando ella cumplió dieciséis años se fugaron del correccional, decidieron irse a Londres a vivir la vida y ver mundo, y en efecto, en un principio les fue bien: hacían lo que querian, se dedicaban más que nada a las estafas: ella seducía a un hombre casado y luego él estorsionaba a ese hombre para sobornarle. Pero pronto empezaron los problemas, Cook bebía más de la cuenta, convivían con ratas y cucarachas en los diminutos pisos que alquilaban y ella era consciente de que lo que hacían les traería problemas, y de que ella nunca sería guapa y joven, y no podría vivir siempre de eso.
Por eso se diría que fue un golpe de suerte conocer a James, su actual esposo: James era un farmacéutico con local propio, hijo de una familia de renombre, con importante estatus social, al que ella visitó por un problema de ladillas. Él le dijo que las ladillas no salían solas, y ella se dio cuenta de que Cook la estaba engañando. Le maldijo a muerte, le dio las gracias a James y se largó. Ella no se podría imaginar que de esa histriónica visita él pudiera haberse enamorado locamente de ella, pero así fue.
Durante meses, el pobre James estuvo agasajando a Kaitlin con flores, bombones y demás tonterías de persona enamorada, ella rehusaba continuamente de sus halagos, puesto que veía en James a una personita poco interesante, pero conforme su vida iba perdiendo el Norte, empezó a darse cuenta de que quizás James no era una mala opción: tendría seguridad y a la vez, era un hombrecito tan dócil, que podría manejarlo a su antojo como quisiera.
Y finalmente aceptó, James no podía ser más feliz. Kaitlin se mudó con él a su fina casa de Green Park, muy cerca de su farmacia, y ella se dio cuenta de lo tonta que había sido no aceptando antes. Para ella, tener criada era lo máximo que podía desear, y para suerte de ella, a los pocos meses, su maridito recibió una herencia millonaria, porque, cosa que ella no sabía, su maridito tenía familia rica en Escocia.
Se casaron al fin, con régimen de bienes gananciales, y Kaitlin le dijo que quería abrir su propio negocio, él no se lo negó, porque él no le negaba nada, y así abrió "Le Dolour Exquisite", una casa de citas de muy buen gusto en Whitechapel, su marido, por supuesto, piensa que es un local tipo cabaret, ella le ha dicho que por la acústica, solo pudo abrirlo en Whitechapel y le recomendó que nunca pisara ese lugar por la mala reputación que tenía. Él la hizo caso.
Kaitlin es más feliz fuera que dentro de casa, no es que no quiera a James, con el tiempo, le ha cogido cierto cariño, pero es tan pusilánime que ella jamás podría enamorarse de él. Conviven, ella le da lo que él quiere: una sonrisa de vez en cuando y un poco de sexo alguna vez por semana. Sin embargo, ella no puede evitar fijarse en otros hombres, preferiblemente si tienen pinta de que no van a traerle nada bueno.
Es asidua al Casino, una jugadora excelente.
Personalidad: Hay quien podría insinuar (o decir abiertamente) que Kaitlin es una víbora; chica de clase baja que llega a tener un papel importante en la sociedad, casada con un buen hombre y administradora de todas las ganancias del marido. Y en efecto, Kaitlin es un poco víbora, pero por las circunstancias, porque la vida la ha hecho así. Es cínica, no cree que en nada que no puedan ver sus propios ojos, impulsiva y con grandes cambios de humor (según la pilles). Es algo distante y fría, porque le gusta llegar a conocer a la gente y saber a qué atenerse.
Es divertida, sobre todo cuando está fuera de casa, y a veces parece que, pese a estar casada, no ha asentado aún la cabeza.
Relación con otros personajes: Se aceptan; sobre todo chicas de vida libre que deseen trabajar en su burdel. Casada con James Thomas.
Imagen: Sienna Miller
Llevado por: Carrie