Agnes LyndEdad: 16
Ocupación: Estudiante de Saint Martin, el colegio privado mixto más prestigioso de Londres.
Biografía: Aunque Agnes jamás lo reconozca en voz alta, está totalmente segura de que lo mejor que le pudo pasar fue que su madre muriera en el parto, para desconsuelo de John Lynd, su padre y devoto esposo de Agnes-madre.
Sin embargo, eso hizo que Agnes se criase a solas con su padre, bueno, "a solas" con él y con el séquito de criados que trabajan en casa, en total nueve: dos cocineros, uno entre diario y otro para los fines de semana, dos amas de llaves, cuatro chicas de la limpieza o "chicas para todo" y Margarette, la "niñera" de Agnes.
John Lynd es un importante abogado de Londres, con buffette propio y además, miembro del prestigioso "Economy Club Centre" que domina el Banco Nacional Británico y todos sus movimientos. Harry adora a su hija Agnes, y, sintiendose culpable por pasar tan poco tiempo en casa, le concede todos los caprichos: desde pequeña, administra una cuenta de 600 libras al mes, lo que, para una criatura de dieciséis y en los tiempos que corren, es una millonada.
Cuando Agnes tenía diez años, algo desbarató los cimientos de la familia Lynd: John conoció a Betty, una mujer de la alta sociedad a quien Agnes pasó a detestar sin apenas conocerla. Porque a fin de cuentas era una intrusa en el hogar de los Lynd, que venía a creerse el papel de madre y a intentar llevarse bien con Agnes. Pero Betty era mala, o eso sospechaba Agnes, de modo que comenzó a hurdir un plan que no tenía cabos sueltos: sería encantadora delante de su padre, pero una arpía con Betty cuando esta no estuviera.
Comenzó en pequeñas dosis, a fin de cuentas, Agnes tenía tan solo diez años, y a esta edad, según cuentan, los niños no tienen maldad: no respondía cuando Betty le hablaba, le revolvía su ropa, incluso la destrozaba a tijeretazos y le sacaba la lengua cuando su padre la miraba. Después de un año de convivencia, Betty le dijo a Harry que su hija era una maleducada, y que no hubiese estado mal haberle dado un par de bofetadas a tiempo. Ese mismo día, Betty hizo las maletas y se marchó de la mansión Lynd, para regocijo de Agnes, quien la observó desde la ventana con una sonrisa angelical hasta que Betty desapareció de su vista.
Agnes sabía que podía extraer cualquier cosa de su padre, simplemente poniendo ojitos y haciendo algún que otro puchero: su padre no podía negarle nada. Por eso le pidió ir al St. Martins: no eran nada comunes en esa época los colegios mixtos, y su padre tuvo algún que otro "pero", aunque finalmente, con unos cuantos melodramas interpretados por Agnes, consiguió que su padre la matriculase.
Agnes llegó a St. Martins con trece añitos (hasta entonces, había estudiado en casa) y pronto se hizo con el lugar: consiguió un séquito de amigas que la seguían a todas partes y le hacían toda clase de recados y favores, además de dorarle la píldora cada día con comentarios del tipo "Que guapa eres, Agnes", porque todas ellas sabían las consecuencias de una frase mal dicha, o un comentario fuera de tono, y era la ira desbocada de "la princesita". Un día llegó al colegio Mary Louise, una chica de trece años, de tez pálida, ojos azules y de un cabello rizado y rubio que fue la envidia de todas. Agnes la odiaba porque le empezó a robar el protagonismo, y la atención del género masculino, así que un día, en el almuerzo, se sentó con ella, le dijo que tenía dos opciones: una era mudarse, otra era raparse la cabeza. Mary Louise se lo tomó a broma, pero no lo era en absoluto. A las dos semanas, y cumpliendo con su palabra, Mary Louise se despertó calva y nunca más volvió a incordiar a Agnes.
Pero los arrebatos de cólera de la joven Agnes empezaron incluso a inquietar a su padre: no era normal que pegase a las criadas, o que quemase la cara de todas sus muñecas porque "eran más guapas que yo", o que destrozase el mobiliario en una de sus rabietas. De modo que Agnes fue a visitar a varios especialistas, el que suavizó más las cosas dijo que Agnes padecía un ligero "trastorno de personalidad, quizás provocado por la ausencia de una figura materna", el más radical dijo que Agnes era "potencialmente una psicópata" y que "debería someterse a un tratamiento con electroshocks antes de que cometiera una atrocidad". Pero su padre no permitió tal tortura para su hijita, así que le hizo prometer que "controlaria su genio y sus malos modos" y Agnes así lo hizo.
Pero Agnes no puede contenerse siempre, por eso empezó a buscar salidas a sus arranques de ira: en el colegio, sintió que se divertía muchísimo provocando al personal masculino, y que se quedaba mucho más relajada después de un orgasmo. Su padre no sabía por qué, pero a partir de los catorce años pudo notar a Agnes mucho más relajada.
Sin embargo, Agnes no soporta ni que le lleven la contraria, ni que la menosprecien, ni que digan cualquier cosa en su contra, cuando esto sucede, que tiemblen las criadas, porque a veces han sido incluso quemadas con los hierros de la chimenea, mientras Agnes se reía.
Agnes ha encontrado una vía de escape para moderar su comportamiento, además de la escuela, y este ha sido Whitechapel, un lugar donde no la conoce nadie y puede comportarse tal y como es, porque ahí hay de todo. Suele escaparse algunas noches para relajarse por completo.
Personalidad: Agnes es lo que podríamos clasificar como una "Lolita". Es caprichosa y está acostumbrada a tener todo lo que quiere, sin apenas molestarse en pedirlo y por supuesto, sin luchar por ello.
Pero hay algo oscuro en el interior de Agnes, algo que su padre puede llegar a sospechar, pero que ella sabe con certeza: disfruta haciendo daño a las personas, daño físico y también daño psicológico, dominando, estando por encima. Aunque probablemente, este comportamiento no sea más que un reflejo de lo que ya dijo una vez Betty "Esta niña merece un par de hostias bien dadas en su momento".
A pesar de sus tendencias algo psicópatas, Agnes lleva una vida normal.
Es caprichosa, coqueta y para ella, el mundo empieza y acaba por ella misma, no le interesa nadie más. Ni siquiera su padre.
Relación con otros personajes: Hija de Harry Lynd
Imagen: Evan Rachel Wood
Llevado por: Carrie