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Ekaterina "Kitty" Shcherbátskaya
Edad: 22
Ocupación: artista circense (trapecista, equilibrista y contorsionista)
Biografía: Ekaterina. Kitty. Katia. La llamaras como la llamaras, Kitty era la estrella infantil del circo que regentaban sus padres en Omsk, en la Rusia siberiana. El negocio era próspero y tenían la suficiente fama como para girar por todo el país además de ofrecer funciones en capitales europeas que también les reportaban mucho beneficio. Kitty creció entre algodones, saliendo en todos los carteles, siendo aplaudida por sus padres y sobre todo por miles de espectadores.
Por eso no se lo tomó nada bien cuando Olga entró en escena, arrebatándole el puesto. En realidad, Olga entró solo como comparsa de Kitty, pero también era buena, y ahora los aplausos eran compartidos y los números dobles. Kitty no soportaba ocupar menos espacio en el cartel del circo, tener menos tiempo en escena y que ahora todos los ojos no estuvieran solamente puestos en ella. Tenía que acabar ella, y un día se le ocurrió como.
Aquel día, Olga cumplía dieciséis años, los mismos que tenía ella. Tenían una función importante en París, dentro de su gira europea, era la gran noche, e iban a lucirse. Estrenaban vestidos nuevos y un número mil veces ensayado. Cuando las luces se encendieron y salieron a la pista, Kitty se dió cuenta de que aplaudían más a Olga que a ella. Le aplaudían más. Ella lo sabía. Lo estaban haciendo. La estaban dejando de lado, y no podía permitirlo, ella tenía que brillar más. Fue mucho más fácil de lo que pensaba soltar las manos de Olga cuando ella la sujetaba a quince metros de altura.
Kitty vio desde su trapecio como Olga caía al vacío, como su cuerpo giraba mientras ella no tenía tiempo de reaccionar y como sonó su cuello al romperse. Los aplausos del público se congelaron, y todas las miradas se volvieron a ella. Volvía a ser la estrella.
Y a pesar de todo, Kitty sabía que nadie comprendería sus razones, aunque las tenía. Lo único que quedaba era huir y buscar un nuevo hogar, donde nadie la mirase con sospecha y no escuchase a sus espaldas rumores de que en realidad la soltó. Claro que la soltó. Y volvería a hacerlo mil veces. Por eso, en cuanto juntó algo de dinero, se plantó en Londres con 17 años y ganas de salir adelante.
Los primeros meses fueron duros, trabajar en la calle es ingrato y más en un país donde no entiendes el idioma, pero Kitty no iba a rendirse, sabía que ella era buena, y que tenía que destacar. La suerte le sonrió cuando consiguió un puesto en el pub Ten Bells donde podía realizar todos los números circenses que le apetecieran, eso sí, en ropa interior. Otra vez los focos volvían a iluminarla y todos los ojos estaban en ella. Kitty era feliz.
Personalidad: egoísta, Kitty no mira más que por su propio bien y sus intereses. Tantos años en lo alto hicieron que su descenso fuera peor, y todavía no se ha recuperado de ello. A pesar de trabajar en un antro como el Ten Bells, sigue creyendo que es una estrella importante aunque los aplausos vayan en consonancia con la cantidad de carne que enseña.
Relación con otros personajes: trabaja para Charlie Lindon. Abierta a lo que queráis.
Imagen: Emilie de Ravin
Llevado por: Edelstein
Edad: 22
Ocupación: artista circense (trapecista, equilibrista y contorsionista)
Biografía: Ekaterina. Kitty. Katia. La llamaras como la llamaras, Kitty era la estrella infantil del circo que regentaban sus padres en Omsk, en la Rusia siberiana. El negocio era próspero y tenían la suficiente fama como para girar por todo el país además de ofrecer funciones en capitales europeas que también les reportaban mucho beneficio. Kitty creció entre algodones, saliendo en todos los carteles, siendo aplaudida por sus padres y sobre todo por miles de espectadores.
Por eso no se lo tomó nada bien cuando Olga entró en escena, arrebatándole el puesto. En realidad, Olga entró solo como comparsa de Kitty, pero también era buena, y ahora los aplausos eran compartidos y los números dobles. Kitty no soportaba ocupar menos espacio en el cartel del circo, tener menos tiempo en escena y que ahora todos los ojos no estuvieran solamente puestos en ella. Tenía que acabar ella, y un día se le ocurrió como.
Aquel día, Olga cumplía dieciséis años, los mismos que tenía ella. Tenían una función importante en París, dentro de su gira europea, era la gran noche, e iban a lucirse. Estrenaban vestidos nuevos y un número mil veces ensayado. Cuando las luces se encendieron y salieron a la pista, Kitty se dió cuenta de que aplaudían más a Olga que a ella. Le aplaudían más. Ella lo sabía. Lo estaban haciendo. La estaban dejando de lado, y no podía permitirlo, ella tenía que brillar más. Fue mucho más fácil de lo que pensaba soltar las manos de Olga cuando ella la sujetaba a quince metros de altura.
Kitty vio desde su trapecio como Olga caía al vacío, como su cuerpo giraba mientras ella no tenía tiempo de reaccionar y como sonó su cuello al romperse. Los aplausos del público se congelaron, y todas las miradas se volvieron a ella. Volvía a ser la estrella.
Y a pesar de todo, Kitty sabía que nadie comprendería sus razones, aunque las tenía. Lo único que quedaba era huir y buscar un nuevo hogar, donde nadie la mirase con sospecha y no escuchase a sus espaldas rumores de que en realidad la soltó. Claro que la soltó. Y volvería a hacerlo mil veces. Por eso, en cuanto juntó algo de dinero, se plantó en Londres con 17 años y ganas de salir adelante.
Los primeros meses fueron duros, trabajar en la calle es ingrato y más en un país donde no entiendes el idioma, pero Kitty no iba a rendirse, sabía que ella era buena, y que tenía que destacar. La suerte le sonrió cuando consiguió un puesto en el pub Ten Bells donde podía realizar todos los números circenses que le apetecieran, eso sí, en ropa interior. Otra vez los focos volvían a iluminarla y todos los ojos estaban en ella. Kitty era feliz.
Personalidad: egoísta, Kitty no mira más que por su propio bien y sus intereses. Tantos años en lo alto hicieron que su descenso fuera peor, y todavía no se ha recuperado de ello. A pesar de trabajar en un antro como el Ten Bells, sigue creyendo que es una estrella importante aunque los aplausos vayan en consonancia con la cantidad de carne que enseña.
Relación con otros personajes: trabaja para Charlie Lindon. Abierta a lo que queráis.
Imagen: Emilie de Ravin
Llevado por: Edelstein