1x01 - All Hallow's Eve

Perdón por el retraso! Pego estos dos mensajes que ya los tengo escritos, y mañana contesto al que me falta.

Rory Jones (con Theodore)

Que si sólo era eso. ¿¿Sólo?? ¿Puede haber algo más complicado que esto? Bueno, sí... lo que estábamos hablando antes y ahora me daba tanta vergüenza. Por lo menos sabe de lo que le hablo, lo cual ya es un paso. Lo malo es que sugiere ir a un médico y no quiero, me muero de vergüenza. No puedo con la idea de contárselo a otro hombre, bastante me ha costado ya con Theodore, y eso que nos tenemos un montón de confianza. Aunque sí, bueno... salir luego a lo de Halloween me gustaría. Pero no puedo salir así, estoy segura de que sería un desastre.

-¿Entonces estás seguro de que no es malo? Bueno, sé que no es malo del todo, pero...- bueno, no le compliquemos mucho. No tiene el día lúcido hoy. Me acerco a él y le doy un beso en la mejilla.- Gracias. Creo que podré inventarme algo. Y mañana escribiré a mi madre. Si ha tenido una buena semana, le dejarán contestar a su correo y sabré lo que hacer.- intento sonreír.- Ahora vengo.

En el fondo no era tan terrible. Bueno, no sé, visto con perspectiva no me parecía. Y podría aguantar hasta recibir noticias de mi madre. Subí a mi pequeña habitación encima de la sombrerería, me cambié de ropa interior y con las braguitas viejas me hice una tira larga de tela. Puaj, qué asco, esto tendré que lavarlo, o casi mejor lo tiro. Bajo las escaleras de nuevo y llego con Theodore.

-Bueno, vamos al Ten Bells, nos tomamos una sidra y vemos las actuaciones, y luego nos volvemos. ¿Está bien?

Charles Linton (con Daphne)

No me lo podía creer. Todo sea que después de esto me cobre y nos tengamos que reír, pero de momento parecía muy dispuesta a hacerlo gratis. Es curioso, porque estoy seguro de que hará creer lo mismo a todos, al fin y al cabo vive de eso. Pero una cosa no quita la otra. Y cuando vi caer la bata y atisbé su cuerpo, se me quitaron todas las dudas.
Que más me valía saber qué hacer para que no se arrepintiera. Bueno, haremos lo que podamos.

Ni siquiera me había dado tiempo a observarla con calma cuando sentí sus manos bajándome los tirantes y desabrochándome el pantalón. Su boca se fundió con la mía y me dejé llevar por sus manos expertas. No me extrañaba nada que hasta el mismo hijo de la reina se hubiera bajado los pantalones, literalmente, ante ella.

Intenté mantenerme a la altura. Peleé con los cordones de su corpiño mientras mi boca recorría sus labios y descendía por su cuello, y entonces ella dijo eso: hazme sentir como una mujer, no como una puta. He de reconocer que eso me dejó cortado. En primer lugar porque no entendía por qué una cosa quitaba la otra, y luego pues... porque sí, porque sonaba un poco... triste. Me detuve, le aparté el pelo del rostro y la miré a los ojos, para susurrarle.

-En este momento, eres no sólo una mujer, sino la más deseada de todo Londres.

Y sin dejar de mirarla, deslicé las manos por todo su cuerpo. Quería hacerla disfrutar, despacio, con sensualidad, no ser como los que venían y se descargaban sin más, aunque yo ya estaba bastante cargado, por así decirlo. En fin, sería cuestión de tener paciencia. Terminé de desabrochar su corpiño y lo lancé a alguna parte, después empecé a acariciar sus pechos, primero con las manos mientras la besaba y luego descendiendo hasta ellos, con la lengua.

**Mola la foto o qué? xD

Lotte Bryant
18// timadora profecional
En: The ten bells Con: Dorian Thorne

Se lo tuvo que pensar durante unos instantes, yo le esperé pacientemente, segura de que solo era una excusa para hablarme pero algo intrigada, en caso de que fuera verdad-pues no sabría decirle... para serle sincero puede que en la plaza o en la calle de pasada.... en mis sueños quizás – me sonrió y le correspondí, sonrojándome un poco, parecía como si mi cuerpo en si estuviera dispuesto a darme las armas necesarias para engañar a este hombre- me alaga señor Thorne-le dije con timidez, algo realmente sentía. Sabía hacer de todo, menos ser sensual, aunque creía que mi inocencia servía de algo. SOnrió, dandole validez a mi idea. Vaya Don Juan que me había encontrado – Ha venido a ver el espectáculo? Si vino sola la podría acompañar Aunque no le he preguntado, quizas espere a alguien y la estoy molestando en ese caso me marcharé por donde vine..- dijo y negué- solo he venido a tomar un trago-le expliqué- pero no me molestaría en lo absoluto contar con su compañia- tomé un trago sin dejar de mirarlo- En ese caso me quedaré, señorita Charlotte - me respondió y le dije-lotte, Charlotte suena muy... formal- hice una pausa y luego proseguí- supongo que usted a venido a ver el show- había oido algo, de una chica rusa o algo así- Bueno... en cierto modo... vengo por aquí a veces, no muy amenudo, solo cuando mi trabajo me lo permite - asentí, un tanto intrigada- mientras esperamos... cuenteme algo de usted- lo incite y volví a sonreírle - ... la verdad esque ser el médico forense de este lugar no es algo que la gente suela ver como "apasionante"... mas bien lo contrario -sonrió y tomo su copa en su mano, sosteniéndola en el aire- pero le diré una cosa... nadie puede quejarse de mi trabajo.... diagnósticos precisos y un margen de equivocación nulo....- me dijo y me reí, me había causado gracia como lo había dicho- Pues entonces me alegro- le dije dulcemente-Le dije que no seria demasiado interesante...-me dijo y respondí- pues yo opino todo lo contrario- era interesante en serio- A que se dedica usted? - me preguntó y tuve que decirle algo rápidamente para evitar develar mi fachada- pues podría decirselo, pero tendría que matarlo- le respondí con picardía. El instinto de supervivencia era mayor a mi timidez.
EL sonrió ante mi respuesta y vajo el rostro. Vi pasar a una señora con un ramo de rosas y como cortaba una de ellas sin que la mujer se diera cuenta y me la ofrecía-Esto no es un metodo de soborno para que me lo diga, no vaya a pensar, aunque podría funcionar, no se lo niego - dijo y se rió, yo me limité a seguirlo -simplemente creo que hace juego con el brillante color de su pelo, así que.... para usted...- La tomé y la olí, desprendía un olor magnífico, se hecho hacia atras y la pose lo hizo verse muy... bueno muy sexy (off: cuando no es sexy Ben?? XD)- gracias-le dije con suavidad- así que médico, ladrón y también jardinero ¿Hay algo que no pueda hacer Señor Thorne?- le pregunté divertida - y lamento decirle que no funcionará como aliciente alguno- podía ver la curiosidad en sus ojos, justo como dice el refrán, terminó matando al gato. Por el momento no convenía dar ningún dato más sobre mi. Coloqué la roza sobre mi regazo y tomé otro sorbo del vino.
– Bueno lo de Ladron.... he de decir que robar esa rosa no tiene mérito alguno.... y a dia de hoy creo que no me puedo quejar señorita Bryant. Tendría mas merito robar otras cosas... por ejemplo robarle un beso... pero quedaría poco caballeroso, considerando este encuentro como algo casual... así que si le parece bien podria citarme con usted para vernos otro dia? – me dijo, si, quedaría totalmente indecoroso, pero que daría yo por besarlo, tenía que admitirlo, era guapo hasta más no poder – dar un paseo por el parque quizas... – dijo y me miró con esos ojos suyo penetrántes y encantadores. le sonreí y me sonrojé- ¿está usted tratándo de seducirme señor Thorne?- le pregunté con inocencia, no se quién estaba seduciendo a quien pero esto se estaba volviendo más entretenído que robar, luego vería de quitarle algo a algún borracho que pasara cerca-Tendría algo de malo señorita Byant?-no, para nada, me tenté a decirle peor eso me dejaría al descubierto- por que quiero advertirle que está haciendo un muy buen trabajo- y para terminar, me reí con suavidad, como una niña dulce y casta.
Sonrió y me miró de nuevo, ah... ese rostro iba a ser mi perdición, para mi sorpresa tomó mi mano, que empezó a temblar instintivamente, no si mi cuerpo actuaba mejor de lo que yo misma lo hacía -entonces... eso es un sí? - me preguntó y entrecerré mis ojos- es un tal vez- le dije divertida y con la mano libre cogí la copa de vino- no me dirá usted que se rendirá tan facil ¿o si?- lo animé, retándolo a un juego que podía llegar a ser muy peligroso y por eso resultaba tan adictivo

Rendirme? – Soltó mi mano y dió un largo trago a la copa ¿esta nervioso acaso?pensé y sonreí con regocijo-Señorita Bryant...... no sabe con quien está hablando, Dorian Thorne no se rinde nunca... y usted....... usted acabará aceptando ir a pasear conmigo mañana, antes de...-tomó un reloj, que parecía valioso, debía recordarlo para el futuro, para algún momento de descuido ¿no dudaría de mi cierto?- antes de las 12 de esta noche....-me dijo y sonreí- ajá?- le dije con ironía mientras asentía con la cabeza. Lentamente, llevé la copa a mis labios y bebí un trago antes de responderle- ¿y como piensa hacer eso?- le dije con picardía, sonriéndole de lado- ya ha visto usted que no soy tan... persuasible- volví a tomar la rosa entre mis manos, dejando la copa a un lado y la hice girar con mis manos

Adam Wyatt

Con Mary Ann Malone



Sonreí, entre eufórico y divertido, comprobando por los movimientos que ella hacía y por su gesto facial, como sin duda, la había pillado con las manos en la masa. Me crucé de brazos, divertido, mientras escuchaba sus escusas, referentes al tema:

-Está bien. De acuerdo, no estoy mareada. Ni ese hombre me perseguía, pero desde luego que no pretendo robarle. La decencia es lo único que me queda. - sonreí mientras ella hablaba, y no decía nada aun al respecto.- En realidad interpretaba este papel con la intención de que me comprase algo de comer en aquel pub.- señaló el Ten Bells con un movimiento de cabeza.- No tengo dinero para hacerlo yo, y creáme que si he interpretado este... pequeño espectáculo es porque no me queda otro remedio. Si quiere, deme para algo de comida, si no, allá usted con su conciencia. Yo odio pedir limosna, señor. Me da vergüenza. Espero que eso le dé una idea de lo desesperada que estoy.

-Pues señorita, debería acostumbrarse a que si no sabe pedir limosna y le da vergüenza, si está en la calle, hágalo - me crucé de brazos. -Yo tampoco vivo con mucho dinero que digamos, pero me gano la vida como puedo vendiendo mis obras, o bueno, con otros asuntos que me interesan - comenté. -Pero bueno, ¿desea comer ahi? Yo precisamente tenía intención de comer, asi que, si gusta de acompañarme, bien, y si no, pues ahi se queda - dicho esto, eché a caminar al pub en cuestión, sin esperarla y decir nada más.

William Wilworth
25// Duque de Willworth
En: Mercado Con: Isabelle Lightwood

se acercó a mi con una cara que emulaba a una novicia, cuan lejos de la realidad- ¿Que te parece la segunda opcion? -me susurró al oído y sus labios rozaron mi piel erizando no solo los cabellos de mi nuca. Giré un poco el rostro para que quedara frente al suyo, nuestros labios rozandose y le susurré- perfecto- la tomé de la mano y me levanté, guiándola hasta la barra. Pedí una habitación y luego la guié hasta ella y tras cerrar la puerta me acerqué y la besé con ganas en la boca mientras pasaba mis dedos lentamente por su espalda
Ella me correspondió el beso con fiereza y colocó sus manos sobre mi pecho, acariciándome. Sonreí, nuestras lenguas se rozaron y comencé a juguetear con la suya. me separé lentamente y con suavidad le quité la capa que la cubría dejando al descubierto su bello rostro. Lo acaricié lentamente, recorriendo su mejilla hasta colocarla debajo de su mentón. Levanté su rostro un poco para que me observara y exclamé- exquisita - y volví a besarla, ahora con más intensidad
Se acercó más a mi, podía sentir cada curva de su cuerpo por debajo de la ropa que portaba. Sus manos viajaron por debajo de mi camisa explorando mi pechoal tiempo que sus labios encontraron mi oreja, produciéndome un cosquilleo satisfacrotio- Mmmmm - escuché una especie de ronroneo y sonreí - Estas para comerte -dijo y comenjóa a mordisquearme la oreja- pues tu no te quedas atras- le respondí y tomándola de la cadera la llevé lentamente a la cama para recostarme sobre ella, cuidando que mi peso no recayera sobre ella. Mis labios recorrieron su cuello hasta alojarse por debajo de su mandibula donde le dia varios besos cortos y luego volvía a sus labios.
Sus labios abandonaron los mios para bajar hasta mi cuello donde me hicieron estremecer, besaba con maestría. Con suavidad comenzó a quitarme la camisa mientras colocaba mis manos en su cuello y acariciaba su cabello. Terminé de quitarme la camisa con impaciencia y coloqué mis manos bajo su espalda, en la base, mientras la besaba nuevamente.
Me di la vuelta, colocándola sobre mí y comencé a acariciar sus suaves y delicadas piernas por debajo del vestido hasta llegar a sus muslos y luego subir hasta sus caderas, estaba impaciente por empezar pero siempre era bueno un poco de... previa para ponernos en tono. Aunque la verdad que ya estaba bastante acalorado y seguro de que ella también lo estaría.
Enroscó sus piernas a mi cadera con una agilidad impropias de una de las damas de la corte, será una pena cuando me tenga que casar con esa Lightwood, que aburrida que va a ser la noche de bodas pensaba mientras mis manos iban subiendo por su espalda, recorriéndola, sensibilizando cada parte de su ser. A todo esto, sus labios recorrían mi cuello, lo mordían, lo rozaban, podía hacer lo que quiziera con él que yo no me quejaría. Solté un suspiro cuando sus manos rozaron mi sexo, exitándolo totalmente. Lentamente fui quitándole el vestido que ya estorvaba, y bastante a decir verdad y comencé a besar el hueco entre sus pecho, para ir bajando hasta su vientre.
Comenzó a quitarme los pantalones con ganas mientras la oía suspirar y gemir, yo sonreía, si así reaccionaba solo con esto, que esperara.... ( off: y no era creido no?? XD)- Me vas a matar- dijo casi en un murmullo, como si le faltara el aire-mmm... tu también- le susurré al oído, con los pies me terminé de quitarme los pantalones y acaricié su rostro mientras la besaba el los labios con pasión, mi otra mano bajó por su vientre para adentrarse en su ropa interior (supongo que tenian no?? XD) y comenzar a masajear su sexo.
La escuché lanzar un gemido bastante audible cuando comencé a darle un masaje plasentero a sus sexo y ella hizo lo propio con el mío, impaciente, le quité el sostén y to tire Dios sabe donde con tal de poder besar su cuello para ir bajando hasta llegar a ellos.

Perdonadme, pero tengo un dolor de cabeza galopante y hoy no daré, lo siento mucho. Mañana por la mañana tendréis vuestros posts, sorry!

Edelstein, eso es el Rourke-virus! XDDDDDDDD (lo sé, soy chorra xD espero que estés mejor).

Daniel Heyworth (con Mary Jane)

No sabía qué pedir para Mary Jane. Al final, opté por unos vasitos pequeños de ron, era una bebida que yo había probado hacía poco, tropical y bastante dulce, esperaba que le gustase. Pagué las bebidas y me dispuse a volver a la mesa, sin mirar a mis compañeros de juego habituales. Por suerte, estarían lo bastante concentrados en la partida como para no darse cuenta de mi presencia. No quería que me propusieran jugar, no sólo porque no quería dejar sola a Mary Jane, sino porque hoy podía ser el buen día en que lo dejase. Bastantes problemas me estaba trayendo ya aquella historia. Si hoy podía resistirme, aunque fuera por estar en buena compañía, podría volver a hacerlo.

-Aquí tiene.- le tendí uno de los vasos.- Espero que le guste, soy muy malo para hacer elecciones por los demás.- sonreí, sentándome frente a ella.

Yo mismo bebí un poco y sentí el sabor del licor y el calor del alcohol bajándome por la garganta, algo bastante agradable teniendo en cuenta el tiempo que hacía fuera. Miré a mi alrededor, después a mi acompañante, y no pude más que sonreír.

-¿Sabe? Me alegro mucho de haber decidido quedarme. Aún no ha ocurrido nada, pero ya estoy disfrutando de la noche. Nuestro trabajo nos permite muy poca vida social...- o al menos, vida social sana, pensé al tiempo que sentía sobre la espalda la mirada de los jugadores de cartas, que debían de estarse preguntando por qué no me unía.- Al menos, por mi parte. Hacía mucho que no salía con una mujer. Ni como amigos ni como nada más.- aclaré.- ¿Y usted, Mary Jane? Me imagino que tendrá un montón de pretendientes por todo Londres, y que yo seré el culpable de que no pueda encontrarse con ellos más a menudo.- dije, medio en broma y medio en serio. Una joven guapa como ella sería sin duda el centro de muchas miradas. Y mentiría si dijera que eso me gustaba. Algún día tendría que casarse y dejaría de trabajar para mí, y sería una lástima perderla a ella también.

Esa foto de Robert me encanta xDDDD.

Mary Ann Malone (con Adam)

Qué tipo tan simpático. Que me vaya acostumbrando a pedir limosna, dice. Que lo haga él, aunque dudo mucho que le llegue a hacer falta, por mucho que diga que no vive con mucho dinero. Sé cuándo se vive con dinero, esas cosas se notan. Ya puedes intentar camuflarte en medio de Whitechapel, que la riqueza, como la pobreza, se llevan impregnadas en la piel. Aunque tal vez fuera cierto, podía ser uno de esos ovejas negras de familias ricas que disponen de poco dinero no porque no lo tengan, sino porque se lo gastan todo. Sí, quizá fuera de esos. De hombres que se gastan todo sé yo un montón.

Pero bueno, al final, frío o no, rico o pobre, decidió invitarme, veladamente, a comer. Y sin más se dio media vuelta y se fue hacia el pub. Lo seguí lo más rápido que pude, tenía que seguir dando sensación de desesperada y mortalmente agradecida.

-Muchas gracias, señor. De verdad que se lo devolveré, cuando pueda, le juro que le buscaré y que lo haré.- volví a engancharme de su brazo y entramos, aquello estaba hasta los topes... por supuesto, la fiesta de Halloween. Claro.- Bueno, no es una noche precisamente tranquila...- comenté, casualmente. Localicé una pequeña mesita libre pero no quería separarme de él y que se le ocurriese la genial idea de escaquearse. De momento, sólo llevaba cumplida la primera parte del plan. Nos detuvimos junto a la barra y mientras esperábamos nuestro turno, preparé mi mejor batir de pestañas y le miré fijamente a los ojos.- Y ahora, ¿puedo saber el nombre del hombre al que le debo mi cena de esta noche? Yo soy Cora, Cora Ryan.- Cora era mi hermana, había muerto a los doce años, de escarlatina. Ahora siempre usaba su nombre, porque sé que ella era aventurera de corazón y no le habría importado.

Repito el mensaje para que luego te cueste menos encontrarlo, Essence, pero sin prisas

Patrick McKenna (con Marie Dashwood)

Esto de haber perdido al sacristán por culpa del tifus me suponía un problema. No había encontrado aún a nadie dispuesto a venir a este barrio a ayudarme en los quehaceres de la Iglesia y eso significaba dedicarle aún más tiempo del que ya le daba. Por ejemplo, esta noche debía dejarlo todo preparado para la misa de Todos los Santos de mañana, y también la recogida de ropa que tendría lugar después de los oficios. Ya me habían entregado unas cuantas prendas y había tratado de organizarlas como podía, a pesar de algún roto que otro. Esperaba que algunas manos hábiles y necesitadas pudieran arreglarlas, porque como contasen con mi talento, no iban a conseguir nada.

Me disponía a cerrar y salir para volver a casa a descansar ante el día que se me presentaba, cuando escuché unos pasos en el interior de la Iglesia. No me gustaba cerrarla por la noche porque nunca se debe dejar de prestar consuelo a quien lo necesita, pero ahora que no tenía a nadie que me ayudase a vigilar, me era imposible hacerlo. Eché la llave de la sacristía y salí al pasillo para anunciarle a quien fuera que debía marcharse, y entonces la vi a ella. La señorita Dashwood, Marie, una joven que a menudo colaboraba conmigo en las labores de ayuda a los necesitados, chica de buena posición con mala suerte en lo que a su familia se refería. Verla aquí, sola y a estas horas, me decía que esta noche las cosas habían ido mal de nuevo. Se volvió al escuchar mis pasos y vino hcia mí pidiéndome disculpas y diciendo que este era el único lugar donde se le había ocurrido ir.

-No te preocupes, hija, la casa de Dios siempre está abierta para quienes le necesitan.- le dije.- Lo único que me preocupa es que hayas venido sola hasta aquí, a estas horas... ¿ha ocurrido algo grave? Ven, hablemos en la sacristía... hace menos frío que aquí. A menos que quieras que te escuche en confesión.

No es el Rourke- Virus por suerte, o estaría fuera de juego totally! XD



Evangeline Welsh
ft. Ed / Ten Bells



Tal y como esperaba, Ed no puede ayudarme, aunque tenía la esperanza de que lo hiciera: es un hombre, y como tal debería saber qué les gusta a los hombres. He visto que mira a otras mujeres, así que supongo que no es homosexual o cosas de esas (¿Ed? qué va...todo lo contrario). Cuando voy a abrir la boca para protestar se me adelanta y me dice que debería ser yo quien se acercara a ellos.

- Ya, entiendo...- asiento, aceptando su consejo. Me parece por un momento como que me está reprendiendo, aunque no entiendo bien por qué. Seguramente piensa que soy tonta por estar ahí perdiendo el tiempo en vez de dedicarme a hacer dinero, y tiene razón - Tienes razón, Ed. Lo que pasa es que me da vergüenza, ¿y si me rechaza qué? - oh por Dios, estaba sonando estúpida, como una niña de diez años que no sabe valerse sola. No entiendo por qué a pesar de todo el tiempo que ha pasado y que llevo haciendo esto, tengo las mismas dudas tontas - Bueno, supongo que no pierdo nada, ¿no? - miro al chico, que sigue a lo suyo - Además, creo que les da igual hacerlo con una que con otra...

- No, no tengo más preguntas, gracias, Ed - le sonrío, realmente es un buen tipo aunque la gente quiera creer lo contrario (y bueno, ciertamente, él se empeña en hacerles creer lo contrario). Le miro un momento, es bastante guapo la verdad - Deberías buscarte una esposa, Ed, ¿quieres que te ayude? - no creo que Ed se merezca estar solo, después de todo. A lo mejor así puedo devolverle el favor.

William Worcester
ft. Madelaine / Ten Bells




Obvio: muy bien no le había caído al conocernos, aunque sinceramente, gustarle o no a esa chica no me había importado absolutamente nada, hasta que empecé a pensar en el dichoso parecido. Por Dios, es hasta la manera de hablar, me va a volver loco. No sé si quiero que se calle, que se ponga un saco en la cabeza o el qué, pero quiero que lo haga ya, y sin embargo, no puedo irme sin más.

- Mire, si le caí como una patada en el culo, puede decírmelo. No se crea que me cayó mucho mejor - ni que me sigue cayendo como tal, aunque me hace cierta gracia. Seguramente piensa que soy de buena familia o algo así y por eso no puede decirme lo que realmente piensa (y, sinceramente, hace bien).

Blah, blah. Charla sobre "usted no sabe lo que es ser un pobre, se cree que soy un triste por ser pobre aunque usted sea rico y nunca haya sabido qué es esto". Incorrecto, querida, sé perfectamenet lo que es ser pobre,y precisamente porque lo sé, no quiero repetirlo - Creo que su vida es triste y aburrida, porque siendo pobre la vida es triste. Y es así. Quizás pueda decirme que se divierte mucho fregando suelos, pero sinceramente lo dudo - creo que mis palabras están sonando duras, pero es que sé de lo que hablo - Y no lo digo por decir, no crea que me invento las cosas o que en realidad no sé de lo que hablo. Sé muy bien de lo que hablo, y sé perfectamente que cuando no hay nada que llevarse a la boca, por mucho queu no tenga paz espiritual o lo que sea, es triste.

- ¿Demasiado serio? - No sabía que uno podía ser "demasiado serio", y la verdad es que no tengo razones para reírme, ¿por qué iba a hacerlo? No conozco al señor Thorne y no creo que la ropa interior de alguien sea motivo de risa - No tengo motivos para reírme, al menos no ahora mismo. Cuando los tenga no dude de que lo haré - me encojo de hombros mientras bebo de la copa - Es ajenjo - y mejor no beber demasiado o acabaremos viendo elefantes rosas, pero eso no voy a decírselo. Sea como sea, está bueno, y yo no pienso invitarle a otra copa.

Theodoroe Fletcher
ft. Rory / Sombrerería - calle




No sé mucho del tema, pero si todas las mujeres del mundo lo tienen y no se mueren (bueno, se mueren, obvio, pero no por eso) malo no será, no sé por qué está Rory tan preocupada. Bueno, supongo que porque sangrar no debe ser agradable. No sé, es un lío todo esto, pero que no es malo lo sé seguro.

- No, no es malo. Te lo prometo - no sé para qué se lo prometo, porque si luego realmente es malo ( pero no lo es, de verdad) no voy a poder hacer nada. Da igual - ¿Pero qué? No es malo, ¿no? Osea, a todas las mujeres les pasa y siguen con su vida y todo eso. Tan normal, todo - trato de convencerle, aunque ya empiezo a no tenerlas todas conmigo después de ese "pero". Bah, da igual.

- Vale, le escribes a tu madre, que sabrá más de esto y te dirá qué tenemos que hacer - no sé por qué hablo en plural, si yo no estoy sangrando ni tengo que hacer nada, pero bueno, esa es la idea - Le preguntaría a mi madre, pero no tengo. O no me acuerdo, vaya. Bueno, da igual, que le preguntes a tu madre y te inventes algo, o se lo invente ella, o lo que tengáis que hacer - me estoy liando y mejor lo dejo, Rory ya sabe lo que tiene que hacer, o eso parece, y me tranquiliza un poco más o menos.

Rory se va arriba a hacer nosequé cosa que se haya inventado (ya no recuerdo ni de qué estabamos hablando, eso es que no es grave) y yo vuelvo a lo mío, tengo cosas que hacer. A los diez minutos vuelve y me dice que ahora tenemos que ir al Ten Bells, ¿a qué? Ah, vale, era Halloween. Que ya pasó el verano, y todo eso. Vale.

- ¿Eh? - alzo la vista y le miro un momento hasta que me acuerdo. Vale, sí, eso de Halloween. Qué mal - Vale, vamos, coge tus cosas - le digo, mientras termino, y ahora ya sí podemos salir.

Creo que ya ni me acordaba de cómo era la calle, bueno, sí me acordaba, pero siempre es raro volver. Realmente hace frío, a lo mejor necesitamos una estufa y cosas de ésas. Creo que sí. Miro a Rory y empiezo a tener al vaga sensación de que el Ten Bells aquel no era sitio para una niña, espera, ¿no era donde había mujeres en bragas? Creo que sí. Tengo que asegurarme - Oye, Rory, un momento, ¿no es ahí donde salen mujeres sin ropa? Esas cosas, ya sabes. Putas y bailarinas y tal. Creo que no es sitio para una niña, ¿no? Aunque ya eres una mujer, y supongo que si te gusta mirar a mujeres en ropa interior no pasa nada. No sé- no sé como me he dejado liar así, se supone que yo debería cuidar de Rory, y el Ten Bells no es lugar para cuidar a nadie.

Spoiler:

Eva Irinova
21// cantante y prostituta
En: The Ten Bells Con: William Bradshaw

Llegué al Ten Bells alentada por la fiesta, el alcohol y la posibilidad de conseguir un empleo. Necesitaba uno con urgencia, podía vivir de mi cuerpo pero la verdad que tener a todos esos hombres asquerosos y totalmente lujuriosos no me agradaba demasiado., pero si tenía que seguir con eso… ni modo. Vi a algunas de las mujerzuelas en el local y esperé que no terminara igual que ellas, durmiendo en aquel chiquero, con frío y hambre, yo merecía algo mejor.
Me senté en una mesa y contemplé a mi alrededor, cuando el mozo pasó a mi lado le puse una mano en el pecho y lo detuve
-disculpa cariño- le dije con voz melosa y una sonrisa seductora- podrías traerme un vaso de algo fuerte ?- le pregunté con cortesía- [color=carmin]ah… ¿ y con quién puedo hablar para solicitar empleo?

Ante mis preguntas comenzó a observar el local a diestra y siniestra, probablemente buscando algo... o a alguien- El dueño parace no estar por aqui. La señorita tendra que esperar a que el señor Linton venga...- me sonrió y se fue hacia la barra, a los instantes volvió con un vaso de aguardiente- aqui tiene señorita...- me dijo y me lo dejó- gracias- le respondí amablemente. Comenzó a irse pero se volvió, le sonreí complacida- si no es mucha molestia... ¿que empleo quiere solicitar?- tomé un buen trago de la bebida y le respondí- pues no tengo muchos tapujos, de lo que sea- le dije directamente- aunque preferiría ser uno de los actos que aquí se presentan- lo miré diréctamente a los ojos como sabía que les gustaba a los hombres que los mirasen, quizás no sería el dueño pero estaría bueno tenerlo de mi lado, así sería más facil convencerlo de que me contratara- soy cantante sabe- le expliqué- Eva Irinova- le dije lentamente y le tendí mi mano

Ed Westwick
29// tabernero del "the ten bells"
En: The ten bells Con: Evangeline Welsh

vi como observaba a un muchacho que estaba jugando al poker- ni te gastes- le recomendé-no ha bebido ni dos vasos aún, espera un rato más que está muy ocupado en su juego. Cuando haya ganado ya querrá satisfacerse con alguna chica- le dije con crudeza, ya había visto la escena muchas veces.- ¿Eh? Sólo miraba, nada más. Supongo que tienes razón y tendré que esperar, aunque quizás tenga mujer, pero como si eso importase - me dijo y dejé la jarra que estaba limpiando sobre la mesa, me apoyé con los codos sobre ella y le señalé al tipo- mira Eve, si el tipo está casado o no no es tu problema ¿te crees que al desgraciado le va a importar eso? siento si te estoy rompiendo una ilusión de cuento de hadas pero los hombres que vienen aquí, y que frecuentan a las chicas de aqui... no son ningún principe azúl, con brillante armadura- y dicho esto me di la vuelta y seguí con mis quehaceres. Está bien, quizás me había pasado y todo siendo qeu ella era de las más tiernas de todas, digamos que era una lady y yo bruto como siempre la trataba como al resto así que para acallar un poco el revuelo le pregunté- ¿qué has hecho hoy eva?- por como había llegado parecía que no era nada bueno.- ¿Hoy? Nada en especial, me levanté tarde y fui al mercado, limpié mi habitación y me preparé para esta noche, la verdad es que no tuve mucho tiempo, debería haberme dado más prisa, tengo muchas cosas a medio hacer - asentí, ¿ tantas cosas tendría a medio temrinar?- Y tú, ¿qué hiciste hoy, Ed? No sé mucho de tu vida -hice una mueca- y tampoco tienes por que saberlo. Nada bueno, si es lo que te interesa- Mentiiiiiira, me la había pasado en mi casa durmiendo, comiendo y leyendo antes de venir para aca pero así quedaba mejor, respaldando mi reputación.- No lo sé, Ed, solo preguntaba...es que nunca hablas de tí mismo, y tengo curiosidad. Pero está bien si no quieres hablar de ello - me dijo y negué con la cabeza- no, no quiero hablar de eso- parecía un niño pero bueno, que lo entendiera de una puñetera vez. En fin, o mi respuesta no la satisfizo o se aburrió por que volvió a fijar la mirada en el chico, que seguía jugando y que no quitaba sus ojos de las condenadas cartas, que idiota que es, si supiera de lo que se esta perdiendo por el vicio en vez de ir a buscar a alguna mujer que lo haga feliz- Oye Ed, ¿tú crees que soy guapa?- me preguntó de sopetón Eve, quitándome de mis pensamiento y dejándome medio knock out- q..¿qué?- pregunté, atontado todavía por la repentina pregunta- mmm... pues claro que eres guapa Eve, he visto como te miran los hombres y no es precisamente con ternura- Lujuria!!! esa era la palabra con la que la observaban los hombres a esa chica ¿ pero es que se creía fea? estaba ciega...- Ya, pero bueno, me miran así por mi trabajo, pro nada más. No lo sé, solo lo preguntaba porque las otras chicas siempre tienen más trabajo que yo, y no sé por qué... - me mira y frunzo el seño ¿que estará pasando por la mente de esta jovencita? pensé hasta que respondió a mi ansiada pregunta, y desee que me hubiera tragado la tierra - Oye, Ed, a lo mejor tu podrías ayudarme y decirme qué tengo que hacer para tener más clientes, necesito ganar más dinero y cosas de esas Pronto voy a tener una audición y necesito hacerlo bien-¿cómo demonios iba a saber yo de esas cosas? ¿ que tenía? ¿ cara de casamentero acaso? Bufé- No Eve, no tengo ni la minima idea de como ayudarte- aunque me apiadé de ella por lo de la audición, ojalá lo lograra y saliera de este pozo inmundo- quizás.. si estuvieras allí, con él, hablandole y coqueteandole, no dudo en que puedas captar su atención al instante- le dije con voz suave, aunque reprendiéndola un poc- si en cambio, te quedas aquí, hablando con el cantinero que tiene aspecto de... te liquido si te acercas- estaba totalmente conciente de mi aspecto y lo hacía aproposito- pues es lógico que no se te acerquen- ya, era demasiado psicoanalisis para mi gusto- ¿algun dato más o ya estas satisfecha?- le pregunté con ironía, a ver si captaba que tenía que mostrarse o era lógico que no la buscaran- Ya, entiendo...- dijo asintiendo, iba a volver a secar las jarras ( off: eran muchas ¿no?XD) pero supuse que no se conformaría con decir solo eso así que me apoyé contra la barra, esperando que prosiguiera - Tienes razón, Ed. Lo que pasa es que me da vergüenza, ¿y si me rechaza qué? - hice rodar mis ojos y le dije- primero, si te rechaza no es tan grave, hay miles de hombres por aaquí. Segundo, sería un tonto por rechazarte. Tercero, de rechazarte hay dos opciones: o es gay o tiene problemas mentales- le dije convencido, era linda, agradable y tierna, bueno no era eso lo que buscaban los hombres en las putas, más bien una felina salvaje pero Eva tenia su encanto - Bueno, supongo que no pierdo nada, ¿no? -dijo y asentí, animándola- Además, creo que les da igual hacerlo con una que con otra...- si, eso era tan cierto como lamentable, después de un par de copas le daba lo mismo hacerlo hasta con la mismisima reina.- No, no tengo más preguntas, gracias, Ed - me dijo y sonrió. Yo asentí y me serví una cerbeza, tanta charla em había dado sed - Deberías buscarte una esposa, Ed, ¿quieres que te ayude? -me preguntó y casi escupo, mal tema para hablar conmigo- no- le corté enseguida- no quiero una esposa y además,¿podrías no meterte en los asuntos que no te importan?- le respondí brusco y me díspuse a servirle a un cliente que estaba ordenando, sabía que no tenía la culpa, que solo quería ayudar, y que lo hacía de buena. Pero no quería que anda me recordara a Emily.