1x01 - All Hallow's Eve

William Wilworth
25// Duque de Willworth
En: Mercado Con: Isabelle Lightwood

Ella me correspondió el beso con fiereza y colocó sus manos sobre mi pecho, acariciándome. Sonreí, nuestras lenguas se rozaron y comencé a juguetear con la suya. me separé lentamente y con suavidad le quité la capa que la cubría dejando al descubierto su bello rostro. Lo acaricié lentamente, recorriendo su mejilla hasta colocarla debajo de su mentón. Levanté su rostro un poco para que me observara y exclamé- exquisita - y volví a besarla, ahora con más intensidad
Se acercó más a mi, podía sentir cada curva de su cuerpo por debajo de la ropa que portaba. Sus manos viajaron por debajo de mi camisa explorando mi pechoal tiempo que sus labios encontraron mi oreja, produciéndome un cosquilleo satisfacrotio- Mmmmm - escuché una especie de ronroneo y sonreí - Estas para comerte -dijo y comenjóa a mordisquearme la oreja- pues tu no te quedas atras- le respondí y tomándola de la cadera la llevé lentamente a la cama para recostarme sobre ella, cuidando que mi peso no recayera sobre ella. Mis labios recorrieron su cuello hasta alojarse por debajo de su mandibula donde le dia varios besos cortos y luego volvía a sus labios.
Sus labios abandonaron los mios para bajar hasta mi cuello donde me hicieron estremecer, besaba con maestría. Con suavidad comenzó a quitarme la camisa mientras colocaba mis manos en su cuello y acariciaba su cabello. Terminé de quitarme la camisa con impaciencia y coloqué mis manos bajo su espalda, en la base, mientras la besaba nuevamente.
Me di la vuelta, colocándola sobre mí y comencé a acariciar sus suaves y delicadas piernas por debajo del vestido hasta llegar a sus muslos y luego subir hasta sus caderas, estaba impaciente por empezar pero siempre era bueno un poco de... previa para ponernos en tono. Aunque la verdad que ya estaba bastante acalorado y seguro de que ella también lo estaría.
Enroscó sus piernas a mi cadera con una agilidad impropias de una de las damas de la corte, será una pena cuando me tenga que casar con esa Lightwood, que aburrida que va a ser la noche de bodas pensaba mientras mis manos iban subiendo por su espalda, recorriéndola, sensibilizando cada parte de su ser. A todo esto, sus labios recorrían mi cuello, lo mordían, lo rozaban, podía hacer lo que quiziera con él que yo no me quejaría. Solté un suspiro cuando sus manos rozaron mi sexo, exitándolo totalmente. Lentamente fui quitándole el vestido que ya estorvaba, y bastante a decir verdad y comencé a besar el hueco entre sus pecho, para ir bajando hasta su vientre.
Comenzó a quitarme los pantalones con ganas mientras la oía suspirar y gemir, yo sonreía, si así reaccionaba solo con esto, que esperara.... ( off: y no era creido no?? XD)- Me vas a matar- dijo casi en un murmullo, como si le faltara el aire-mmm... tu también- le susurré al oído, con los pies me terminé de quitarme los pantalones y acaricié su rostro mientras la besaba el los labios con pasión, mi otra mano bajó por su vientre para adentrarse en su ropa interior (supongo que tenian no?? XD) y comenzar a masajear su sexo.
La escuché lanzar un gemido bastante audible cuando comencé a darle un masaje plasentero a sus sexo y ella hizo lo propio con el mío, impaciente, le quité el sostén y to tire Dios sabe donde con tal de poder besar su cuello para ir bajando hasta llegar a ellos.
Ya, este precalentamiento no daba para más, sentía que iba a explotar, la levanté y la dí vuelta, volviendo a quedar sobre ella, la miraba con lujuria, con un hambre voraz por lo que significaba, em la iba a tirar sin que me importara un carajo nada, luego vería como desacerme de ella- cariño - le susurré al oido, dando suaves besos en el hueco que había por debajo de la oreja- la verdad es que ya no aguanto las ganas- le dije apoyando todo mi cuerpo sobre ella, sentía a mi amigo totalmente exitado por sus caricias.

Le miré seria- ¿Tú eres capaz de pagarme? -las comisuras de mis labios se curvaron formando una sonrisa irónica- Esos hombres babeantes poseen más dinero que nosotros, creo que poseen más dinero del que jamás nosotros conseguiremos en nuestra vida gitana -me pasé la mano por el pelo- Pero está claro que hoy pretendes hablar conmigo en vez de las veces que nos hemos visto por la calle y un simple movimiento de cabeza te ha válido como saludo -respiré hondo pero no por nervios sino porque me estaba librando de una carga terrible- Esta ropa no pasa desapercibida por los ojos de ellos... Pero tú tampoco has hecho amago de no mirarla -empecé a barajar mis cartas.

Off: Lo siento mucho mucho mucho littlelote! Me puse con uno de mis proyectos ilusionados de foro y me olvidé de todos! Perdona la tardanza...

Evangeline Welsh
ft. Ed / Ten Bells





Supongo que tenía razón. Normalmente un hombre no rechazaba a una chica, al menos no un hombre que fuera al Ten Bells, o eso creo. A veces pienso que debería dejar de ser tan tímida y ser más como las demás, que no le simporta nada subirse la falda o bajarse el escote, mientras que a mí no sé por qué me da un reparo idiota, porque sé que para eso estoy aquí.

- Tienes toda la razón del mundo Ed... imagino que si realmente...bueno, le gustaran los chicos, no vendría aquí - y sé de lo que hablo, porque sé que también hay bares para gente así y esas cosas, aunque nunca he estado - Y en cuanto a lo de los problemas mentales...si realmente los tiene, prefiero no tener nada que ver con ellos, en serio - desde luego, no quisiera acabar con un loco, aunque sé que estando aquí, es más que probable que eso ocurra algún día.

Creo que he tocado un tema delicado. Cuando le digo lo de la esposa, Ed me contesta de malas maneras y se va a otra parte. Oh, Dios, creo que no fue una buena pregunta, a lo mejor a él también le gustan los chicos, o a lo mejor su novia murió, o esas cosas terribles que le pasan a la gente. Me siento mal por haberle recordado algo así. Veo como atiende a un cliente y una vez termina, vuelvo a acercarme a él.

- Lo siento, no debería haberte preguntado, Ed, perdóname. Tienes razón, no debería haberte dicho nada, tu vida privada es tuya. Espero que me perdones, yo solo quería ayudar...- y lo espero de verdad, Ed es una buena persona y no quiero estar a malas con él.

Rory Jones (Con Theodore)

Hace frío en la calle, pero huele a las hogueras y cerrándome bien el abrigo, la calle es de lo más agradable. El Ten Bells estaba cerca y no tendría que guiar mucho a Theodore para que no se despistase. Pisa poco la calle, y cuando lo hace es porque yo lo obligo. Me agarro a su brazo para guiarle sin que lo note mucho y es entonces cuando él habla. Me siento mal cuando lo dice, porque creo que me he aprovechado de sus pequeñas idas y de su buena voluntad para que me deje ir a un sitio no muy... digamos, recomendable.

Bajo la cabeza. Lo cierto es que tiene razón. No tengo interés en ver a mujeres en ropa interior, en todo caso a la que hace circo. Y si va sin ropa, sin ninguna ropa, seguro que es un poco incómodo. Pero es Halloween. Ya soy demasiado mayor para ir por ahí pidiendo caramelos.

-Sí, bueno, hay mujeres... pero a mí no me interesan, yo sólo quiero tomarme una limonada y ver a la chica que hace actuaciones de circo. Te prometo que cuando haya chicas desnudas no miraré. Sé que no debo verlas, pero podemos hacer una pequeña excepción, ¿verdad? Ya soy una mujer.

Le manipulo un poco. A veces me da pena.

-Nos volveremos a casa pronto, por favor...

**Carrie, Edelstein, leed el spoiler!!

Spoiler:

Te robo la foto xD.

Charles Linton (con Daphne)

Parecía que le había gustado. Bueno, eso o que fingía muy bien. Con gente como ella nunca te puedes fiar. Pero estoy seguro que si le hubiera hecho eso a otra que no se dedicase a este oficio, también habría hecho lo mismo. Y la expresión de sus ojos me lo decía. Qué demonios, soy bueno.

Al momento siguiente me encontré debajo. Nunca había estado en esa posición, me daba como cosa, pero ahora que lo pensaba, podía ser una experiencia interesante dejarse llevar. Miré a Daphne a los ojos con una expresión relajada, y un poco retadora, como diciéndole que me demostrase lo que era capaz de hacer. Y era capaz de hacer muchas cosas. Su boca bajó por mi cuerpo, llegó hasta mis pantalones y empezó a hacer un buen trabajo de mano. No pude contener un gemido por mucho que me intentase hacer el duro. Si me pedía dinero, no se lo iba a poder negar. Jo-der.

-Daphne...-mascullé cuando nos separamos un momento para respirar. No sabía qué más decir, aparte de su nombre. Estaba sorprendido. Agradablemente sorprendido.

Entonces me di cuenta de que estábamos cogidos de la mano. Mira, eso sí que nunca me lo habían hecho antes. Lentamente me solté de ella y llevé las manos a sus caderas, para quitarle las bragas. Acerqué la mano a su sexo y pensé que era justo responderle por lo que ella había hecho antes, y que un poco de juego previo daba para mucho, así que la acaricié primero y luego introduje dos dedos, intentando llegar a ese punto famoso del que todas las mujeres hablan. Observé su rostro, y sonreí.

Theodore Fletcher
ft. Rory




No sé por qué, pero cada vez que salgo a la calle me cuesta orientarme y recordar donde estaban las cosas. Por ahí creo que estaba la panadería, y por ahí, bueno, no me acuerdo, pero vaya, que me suena. Como sea, Rory parece saberse el camino y va muy decidida, así que me dejo llevar, y empiezo a recordar más o menos por donde andaba la panadería. Ah no, espera, el Ten Bells. Eso, el Ten Bells, que es Halloween.

Rory se defiende cuando le digo todo aquello de las chicas en bragas. Que ella solo quiere limonada ( espera, ¿no era sidra?) y ver a la que hace números de circo. Que no mirará cuando estén desnudas. Bueno, no parece una mala idea después de todo.

- Vale, está bien. Pero solo hoy porque es Halloween - dice que ya es una mujer, y tiene razón, no veo por qué no puede ver a mujeres desnudas si ella es una, tiene su lógica - Eh... bueno, no sé, supongo que no pasa nada, tienes razón, haremos una excepción por hoy, y cuando salgan mujeres no mirarás. O bueno, mira si quieres a mí me da igual, total, no vas a ver nada nuevo, ¿no? Bueno, sí, osea, ellas son mayores. Ya me entiendes. Da igual. Que vamos a tomar limonada de ésa y a ver a una que hace cosas de circo, esa es la idea, ¿no?

Como sea, ya estamos en la puerta (eh, ¿desde cuando está el Ten Bells tan cerca?). Perfecto, veremos a las chicas en bragas que hacen cosas de circo y nos iremos, y Rory estará contenta, que es lo importante (no recuerdo bien por qué estaba triste, creo que por lo de las mujeres, o la estufa, o Dover, o algo así, bueno, da igual)

El problema es cuando llegamos a la puerta, que la niña no puede pasar. Intento convencer al portero y oye, que no es una niña, ya es una mujer. Me mira mal, y no entiendo por qué, ni que hubiera dicho o hecho nada raro, porque además es la verdad. Rory parece morirse de verguenza y creo que es mejor dejarlo. Parece decepcionada, no sé si por el circo o por la limonada.



- Ey, oye, Rory, podemos hacer una cosa. Entro dentro, compro la limonada y nos vamos a otro sitio, ¿vale? - no puedo sacarle fuera a la chica que da saltos (creo) pero la limonada sí. Y algo es algo, creo - Así está bien, ¿no? Es mejor que nada. Vuelvo enseguida - le digo, creo que Rory sabe cuidarse sola y ya es una mujer, ¿no? - No tardo nada, no te vayas lejos, ¿vale?

Theodore Fletcher
ft. Charlie Simmons / Ten Bells




No me acuerdo ni cuanto hacía que no pisaba un pub. Bueno, espera, no recuerdo haber pisado un pub nunca, bueno, sí, osea, lo he hecho, creo, pero no me acuerdo. Odio olvidarme de las cosas. Como sea, una vez allí dentro, creo que el sitio me suena, y más o menos sé como va el asunto, te sientas, pides, hay chicas que bailan y luego están las putas, y la gente borracha. Todo eso. No está mal del todo, supongo. Huele raro.

De camino a la barra, como tres o cuatro chicas se me acercan (eso, putas). No sabía que tenía pinta de tener dinero, a lo mejor es porque ya es bastante tarde y ya se han acercado a todos los chicos del bar. No las rechazo, sigo mi camino y ya está, pero ellas parecen comprender que no quiero nada, y me alegro.

Cuando ya por fin consigo sentarme, se me acerca otra chica, pero esta vez me pregunta que qué va a ser. Genial, esta no es puta, es la camarera (creo) así que podré pedir las cosas e irme fuera con Rory. Genial, genial, genial - ¿Eh? - me giro a ella, mientras trato de recordar, vale, sí, osea, era una limonada. No, una sidra. Era algo, ¿vale? Algo que pueden tomar niños. Ah no, que ya es una mujer. Me estoy liando. A lo mejor esta chica es una profesional y sabe ayudarme, sí - Pues...a ver...Me he olvidado de lo que quería, osea, de lo que quería Rory, ¿qué toman las niñas? Osea, ¿qué les gusta? - vale, no, espera, que no es una niña ya - Ah, no, osea, ya es una mujer creo. Pues eso, no sé - creo que no ha entendido nada por la cara que me pone. No es tan difícil, ¿no?

- Que...es que se me ha olvidado lo que quería. A lo mejor debería volver y preguntarle - tiene un libro, en serio, ¿las camareras tienen libros? Wow, qué raro es todo esto - Oye, pero tú eres camarera, ¿no? Porque si eres puta, no tengo dinero, y no quiero nada - por si acaso, no sea que nos estemos confundiendo.

Spoiler:

Adam Wyatt

Con Mary Ann Malone



-Muchas gracias, señor. De verdad que se lo devolveré, cuando pueda, le juro que le buscaré y que lo haré. Bueno, no es una noche precisamente tranquila...- observé como se aferraba a mi brazo. Tampoco es que me importara, pero bueno, supongo que la costumbre hace que a veces, actúe de una manera tan extraña. O eso dicen. La miré de reojo, ignorando el hecho de que me estaba agarrando del brazo con total confianza.

- Y ahora, ¿puedo saber el nombre del hombre al que le debo mi cena de esta noche? Yo soy Cora, Cora Ryan. - me dijo una vez que tomamos una mesa, una que ella eligió, y yo, no puse pega alguna. Suspiré, mientras ladeaba la cabeza.

-No sé si creerla o no, pues después de su actuación, no sé ya si fiarme de que ese es su nombre - comenté con total tranquilidad para despues, encender mi pipa para fumar algo. Después, la miré con total tranquilidad. -Pero bueno, a diferencia suya, diré mi nombre. Adam Wyatt - se presentó con total tranquilidad. Miré a mi alrededor, y llamé al camarero.

-Una buena botella de vino - dije con total tranquilidad. -Y bien, señorita "Ryan", ¿a qué se dedica? ¿Al contrabando de influencias? - pregunté con total tranquilidad.

Theodore Fletcher
ft. Charlie / Ten Bells



No sé si el whiskey es una buena idea para Rory. Vale que ahora sea una mujer, pero de ahí a que beba alcohol pues hay un trecho, aunque bien pensado, también iba a venir a ver a mujeres en bragas, y eso tampoco está bien para una niña (en serio, me cuesta mucho pensar que es una mujer y todo ese rollo). La camarera no parece muy contenta, no sé si le gusta mucho su trabajo, aunque sinceramente, a mí tampoco me gustaría mucho trabajar allí. Echo de menos mi sombrerería.

- Eh...creo que el whiskey no es una buena idea. El aguarrás tampoco - sobre todo porque creo que no se bebe - No veo por qué no tengo que tomarme ninguna molestia, si se lo he prometido - no estaría nada bien dejarle a Rory ahora sin su loquesea que quisiera beber después de todo.

Creo que ha estado mal eso de preguntarle si es puta, pero en serio, no iba con mala intención, solo quería ahorrarle el esfuerzo si realmente lo era. La chica esta sigue pareciendo enfadada y no entiendo por qué. Le miro confundido mientras me llama gilipollas y todas esas cosas, yo pensaba que las chicas no decían esas cosas - Sí que soy un cliente, sí que tengo dinero pero no he venido a gastármelo en putas, me están esperando. Lo siento si te he ofendido, no quería. Perdona.

Oh, estupendo, y ahora me invita. No entiendo nada, pero está bien que te inviten y poco a poco voy recordando la mecánica de los pubs: que el camarero (o la camarera) te invite quiere decir que le caes bien. Perfecto, a mí también me cae bien, aunque me haya llamado gilipollas - Ah, gracias - le digo simplemente cuando me sirve el whiskey también a mí.

Si este es el whiskey bueno, no quiero saber cómo es el malo. De verdad que no quiero saberlo, porque si quema la mitad que esto, no quiero probarlo. Hasta donde yo sé, que te de la tos imbécil por beber no es lo más adecuado, pero no puedo evitarlo. Aún así, trato de mantener la compostura y hacer como si nada, pero es difícil - Pues...no sé - gano algo de tiempo mientras trato de recuperar el aliento y sobre todo de pensar. Argh.

- Pues no sé, no bebe gran cosa. Agua. Leche a veces. Es que no tenemos mucho dinero, y creo que vodka no es una buena idea, al menos que realmente ser mujer vaya a significar eso, osea, que ahora tenga que beber alcohol, pero no creo que sea una buena idea - me mira con cara de no entender nada y no la culpo. Trato de pensar con claridad, vamos a ver, lo mejor es empezar por el principio.

- A ver. Rory es pequeña. Osea, nada de vodka, ni esas cosas. Vive conmigo y todo eso - vale, no, eso suena a pervertido (ahora entiendo por qué el hombre de la puerta me miraba mal) - No es como que hagamos nada ni eso, es que no tiene donde vivir si no, y me ayuda con la tienda. No sé si me explico. Y le había prometido que vendríamos aquí a tomar algo porque era Halloween y estaba triste por algo de ir a la playa y ser mujer, pero no le han dejado entrar - creo que ha quedado claro, al menos un poco.

[quote="littlelotte"]César Scarlo
22// músico ambulante
En: The ten bells Con: Anasthacya Kurnokovia

Estaba tomando una cerveza en el "The ten bells", quitándome los problemas de encima, cuando escuché un zumbido, una voz particular y muy conocida que me hizo proferir una sonrisa "lady Kunovia" profesaba ser, ja si esos borrachos supieran que realmente era otra gitana más intentando sacarles algo de dinero.Me quedé escuchando por unos momentos las promesas vanas que hacía y de haber tomado el triple de lo que había de seguro que me las tragaba yo también. Por cierto muy astuta la chica. Me di la vuelta y vi que estaba vestida para la ocasión, era la carnada y la pescadora al mismo tiempo. Cogí mi cerveza, me levanté y fui a tomar el asiento enfrente de ella - Oh... lady Kurnovia ¿que me depara el azaroso destino?- le pregunté divertido mientras la miraba- Vamos An, ¿has salido a festejar dia de brujas tu también?- le preguté mientras tomaba otro trago de mi cerveza
- [color=white]Tu futuro... Te depara un diente roto o cincuenta libras menos[/colorb] -dijo y me sonrió. Vi que levantaba su pierna, mostrando algo de piel, solo pude reírme- Vamos Ann, tente más respeto, sabes que no necesitas hacer eso para atraer a los hombres- le dije y di otro trago a mi cerveza- César, no tengo bastante dinero como podrás notar, no celebro nada, trabajo, esta noche es cuando más suelo ganar, entre hoy y mañana... Supuestamente la magia vuela por el aire y demás... Esta gente se lo cree demasiado... Menos tu y yo -dijo casi susurrando y tomó un trago de su, quién sabe que estaba tomando- ¿ en serio quieres que me vaya?- le dije con una sonrisa- y te deje con esos...- miré a un grupo de vagos a lo que les vendría bien tener un balde donde poner tanta baba- ¿hombres?- le pregunté- estoy seguro que ellos solo te quieren por tus dotes en adivinación- le dije con ironía- y que no tiene nada que ver con tu ropa provocadora o la forma atrevida con la que tomas

- ¿Tú eres capaz de pagarme?-me preguntó sin una nota de alegría- no creo, pero tampoco quiero pagarte- le respondí, franco, ya hasta sonaba como una puta. Sonrió con ironía y luego me dijo- Esos hombres babeantes poseen más dinero que nosotros, creo que poseen más dinero del que jamás nosotros conseguiremos en nuestra vida gitana -dijo y asentí, tenía razón, aunque pesara, pero yo tenía orgullo y no pensaba hecharme atrás por más que aquellos hombres tuvieran todo el dinero del mundo, no eran mejores que nosotros por ello- Pero está claro que hoy pretendes hablar conmigo en vez de las veces que nos hemos visto por la calle y un simple movimiento de cabeza te ha válido como saludo -¿ era eso acaso un reproche- de acuerdo Anna, de ahora en más en cuanto te vea haré una reverencia- le dije con sorna pero ella cambió de tema- Esta ropa no pasa desapercibida por los ojos de ellos... Pero tú tampoco has hecho amago de no mirarla -me encojí de hombros mientras ella barajaba las cartas-No hacerlo es como despreciar una buena pintura ¿acaso te incomoda?- le pregunté con una sonrisa picaresca - SI quieres quedar a merced de los ricachones solo tienes que pedirlo- le ofrecí- me levantaré y te dejaré tranquila en tus negocios

¿Puedo decir que ya, con sólo cuatro mensajes, shippeo locamente a Dory y Charlie? <333.

Rory Jones (Con Victor Van Aken, en la puerta del Ten Bells)

Esto de ser mujer a medias es un fastidio. Soy lo suficientemente mayor como para tener esta cosa tan incómoda, pero no como para entrar al Ten Bells. Claro, puedo convencer a Theodore porque el pobre está un poco disperso, pero al hombre de la puerta no hubo manera de convencerlo. No estaba muy enfadada, porque en el fondo ya me lo imaginaba, y sabía que no tenía nada que hacer. Así que me senté en las escaleras de la entrada bajo la mirada del armario empotrado que me había dejado fuera y esperé. Me abracé a mí misma, hacía frío... y esperaba que Theodore se acordase de que debía traerme la limonada. Lo esperaba, pero tampoco confiaba en ello... nos conocemos lo suficiente.

En fin. Estar aquí mirando el paso de la gente no estaba mal. Era más divertido que estar en casa. Había chicas guapas pintarrajeadas, feas pintarrajeadas, borrachos y algún idiota que incluso iba disfrazado. Contuve una sonrisa. Bueno, supongo que estaba más cerca del Ten Bells de lo que había estado ninguna chica de catorce años jamás. Bueno, eso si no quería pensar en esa clase de chicas que hacían cosas por dinero. Yo estaba muy contenta de tener a Theodore, porque a pesar de que a veces se le vaya la cabeza y haga las cosas al revés, al menos tenía un techo y comida y no tenía que hacer nada raro.

Empezaba a tardar, y pregunté al hombre si podía ir a buscarlo. Le expliqué la situación de muy buenos modos, lo de que se despistaba y eso por la cola de los sombreros, pero no sirvió de nada. Por la ventana no le veía entre toda la gente, así que simplemente volví a los escalones, imaginando que al menos un día querría salir y yo tendría que estar allí para llevarle a casa, cuando vi que había otro chico más o menos de mi edad merodeando por el pub. Tenía ganas de quejarme con alguien y supuse que él me comprendería, así que me dirigí a él.

-¿Qué, a ti tampoco te dejan entrar, no?- comenté, y suspiré.- Bueno, al menos tú estás solo, a mí no me han dejado entrar ni acompañada, y ahora dudo que mi amigo sepa encontrar la salida sin mi ayuda.- le sonreí al chico y le tendí la mano.- Rory Jones. ¿Tú?

Repito la foto porque es On de mesa y para qué voy a cambiar un On si es ahora cuando es On... [/modo Dory off] xD

Mary Ann Malone (con Adam)

A medida que vamos avanzando, tengo dos teorías sobre este tipo. Una, que es demasiado listo, por lo cual le odio; y otra, que las mujeres no le interesan. Tampoco creo que le interesen los hombres, ni ha mirado al jovencito de cara dulce que acaba de entrar. Es definitiva, es bastante raro, y mis posibilidades de obtener dinero esta noche van bajando con cada frase que suelta. Es muy suspicaz. Esperemos que acabe cayendo, de un modo u otro.

Me preguntó a qué me dedicaba, si al tráfico de influencias. Ahí el maldito me hizo bajar la guardia un momento y sonreí. Quizá la mejor definición sería estafadora profesional, pero como llevaba encima mi cesta de costura, me limité a abrirla y enseñarle las agujas, los hilos y las telas que tenía dentro.

-Como ve, me dedico a coser. Pero desde luego da demasiado poco dinero...- y me lleva a hacer estupideces como las que estoy haciendo ahora. Conforme pasaba el tiempo me las veía más crudas, quizá lo más interesante será retirarme antes de perder. Luego le miraba a los ojos, y por amor propio me decía que no me podía rendir. Al fin y al cabo, era un hombre. Tan básico como cualquier otro.- ¿Y usted? Sin ser adivina, apuesto por una profesión liberal. Aunque también le encuentro demasiado poco formal para ser médico o abogado.- hice una pausa y le miré directamente a los ojos.- espero que este comentario no le haya ofendido. De cualquier manera, personalmente, no tengo ningún interés en los hombres formales.

Me humedecí los labios en el vino que había pedido y como empezaba a tener calor, dejé caer el chal desvelando el escote de mi vestido.

-Bueno, dígame... tengo curiosidad, ¿he acertado o no?

Charles Linton (con Daphne)

Bueno, pues esta chica ya no puede más. Yo tampoco, pero me estaba esforzando en quedar bien y no dejarla a medias. Creo que puede haber pocas cosas peores que ser puta y encima insatisfecha. Pero agradecí que me diera "permiso" porque ya sí que era el momento de la verdad. Y mi erección lo atestiguaba.

Volvió a hacernos girar para quedar ella debajo. He oído decir por ahí que el hombre gana sin duda quedando abajo porque ahorra esfuerzo y gana en placer, pero a mí me parece una soberana gilipollez. Hay una parte de esto en la que el hombre tiene que llevar las riendas y no ser montado como un vulgar caballo. Y Daphne, sin duda, lo sabía.

Le separé los muslos con las manos, aventurándome en ese mundo húmedo y cálido que existía entre sus piernas, antes de tenderme sobre ella, sujetándome con las manos en el colchón, por encima de sus hombros. Le dirigí una pequeña sonrisa, a modo de aviso, tal vez, y la penetré. Sin darme tiempo a esperar reacciones, empecé a moverme sobre ella, no muy rápido como un adolescente desesperado, sino lento y profundo, poco a poco, cada vez más. La cogí por los hombros y me tendí sobre su cuerpo, bajando la cabeza y lamiendo con suavidad el hueco de su hombro. Intentaba mantenerme frío, apartar la sensación de que me iba a correr en este preciso (y precioso también, por qué no) segundo. Jadeante, recorrí su cuerpo con mis manos, cogiéndola por la cintura, encajándola más en mí, pero sin violencia. El placer venía en oleadas, hacia arriba por mi columna vertebral, el sonido de su respiración, el perfume de su pelo, cerrar los ojos y dejarse llevar.

Esperaba que ella no se arrepintiera de lo que estaba ocurriendo porque joder, yo no lo hacía.