Eva IrinovaAs. Eva Irinova//21// Canante
En: Calle Con: Mijail Kolvenik
Las noticias de aquel día me habían espantado un poco, una ya no estaba segura en ningún lugar, no en whitechapel, donde los instintos más bajos se cumplian y los hombres se parecían cada vez más a un animal. Por suerte había dormido a buen resguardo en el Ten Bells ya que había conseguido que un hombre pagara mi abitación, pero si hoy no conseguía dinero... tendría que dormir en la calle, a merced de aquel desalmado que había torturado a su presa antes de terminar con su vida. Esa no era una muerte digna, ni una placentera, y mis espectativas sobre la muerte, si bien prefería no pensar en ello, requerían que fuese sepultada tras un fastuoso funeral, pero eso era cosa de ricos, por como estaba por el momento me tocaría la fosa común, sin nombre y sin prestigio.
Acomodé mi vestido, limpié levemente la falda y salí del ten Bells, dispuesta a encontrar trabajo, aunque fuera de lavandera, por mucho que despreciara hacer las tareas del hogar, ya provaría mejor suerte, el dichoso dueño de ese bar estaba ausente siempre, problemente divirtiendose con una de sus putas o recuperandose de la fiesta de ayer.
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Buenos días, señorita Irinova, parece que el destino ha querido que nos encontremos de nuevo.- dijo una voz a mi lado y me sobresalté. Pero sonreí inmediatamente al ver al señor Kolvenik, el hombre que me había acompañado la otra noche. Hice una reverencia y le sonreí- Buenos dias señor Kolvenik, es un placer- ¿en que andaría el? en esa fabrica de prótesis que sonaba tan extraña aquella noche, lo más probable-
Sé que aún es muy pronto, ¿pero ha tenido ya suerte en su búsqueda de trabajo?- me preguntó y fruncí los labios por un instante-
lamento comunicarle que no he podido, por desgracia- y bajé el rostro, haciéndome más desdichada de lo que realmente era-
creo que... no cumplo con las espectativas- por Dios, vil mentira, si que las cumplía, las sobrepasaba pero el desgraciado de Charles ( si, hasta había conseguido su nombre) no se dignaba a entrevistarme.
Levanté el rostro lentamente y lo miré directamente a los ojos, mostrando una leve sonrisa en mis labios, tenue y debil-
lo siento, no debería agobiarlo con mis preocupaciones, usted debe ser un hombre ocupado y seguro no tiene tiempo pra escuchar las desventuras de una mujer sola en el mundo- Teatro, agradecía en estos momentos lo que había aprendido en el Circo. Traté de mostrar más confianza , que la tenía pero no era prudente mostrarla en este momento, y le pregunté-
por cierto... ¿Su trabajo con el doctor Shelley está progresando?- le pregunté intentando parecer desesperada por cambiar el tema, aunque sabía que volveríamos a él tarde o temprano, nunca fallaba.
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Vamos bien, todos los días intentamos descubrir algo nuevo. Pero hoy es festivo y el doctor ha decidido tomarse un descanso, obligándome a hacerlo a mí también.- me dijo y sonreí de lado, al encontrármelo el otro día en el ten bells no había imaginado que pudiera ser tan... dedicado. No era una de las cualidades más apreciadas por la mayoria, generalmente se destacan cosas frívolas e inútiles, casi mortales para el bien de uno como la caridad, la bondad, la compasión, etc., etc. Pero... ¿ cómo podías ayudar al resto si primero no estabas totalmente contenta con lo que tenías? Si regalabas todo el amor que poseías al resto no quedaba nada para cuando realmente lo necesitabas. Y yo, lo guardaba con celosía.-
Tal vez...- comenzó y me concentré en él-
este sea el momento de hacer realidad mi invitación de ayer a hacer una visita al taller. No se preocupe, no le enseñaré la parte siniestra.- me sonrió y le correspondí-
¿ y si yo quiero ver la parte sinierta?- le pregunté con un dejo de picardía en la voz. No me molestaba flirtear con él, era más como un juego para mi en esos momentos, necesitaba probar cuan valiente era, cuán capaz era de volver a los hombres locos-
En realidad hago otras cosas aparte de prótesis y creo que podrían gustarle. Es aquí cerca.Si no está ocupada, claro.- me dijo y me reí, asintiendo-
será un placer señor Kolvenik- le dije con una sonrisa. Después de todo estaba intrigada con aquel laboratorio misterioso y con lo que hacía en él.
Lo cogí del brazo con total descaro y lo miré a los ojos con calidez mientras le decía-
estoy bajo sus ordenes, sea buen guía o podríamos perdernos- le dije dejando entrever un ligero doble sentido-
aunque dudo tener problema con eso